El acierto es Flick
Un Clásico original en su trama desnudó al Real Madrid y reafirmó al Barcelona. Tan indiscutible es el declive de uno como la rehabilitación definitiva del otro. Hay quien dirá que todo resultó una cuestión de acierto, aunque el análisis sería demasiado elemental. Es cierto que en la primera parte se jugó a lo que convenía al Madrid, sin que los centros del campo pesaran, pero también lo es que Flick intervino de la mejor manera en el descanso y transformó por completo la escena. La entrada de De Jong para acompañar a Casadó y Pedri devolvió el balón al Barça, que pasó a tener el control territorial y desfiguró al Madrid por dentro y por fuera, con transiciones verticales que pusieron en evidencia la distancia entre líneas de su enemigo. Lewandowski, Raphinha y Lamine se encargaron de plasmarlo. A partir del 0-1, el bloque de Ancelotti se desangró, y el italiano no hizo nada por remediarlo.
Si alguien sale reivindicado del Clásico, con permiso de la exhibición de temple, orden y criterio de Casadó, fue Flick. La dimensión del Bernabéu y la amenaza de Mbappé y Vinicius no alteraron su plan, con la línea situada en el centro del campo. No fue ninguna osadía porque queda a las claras que lo tiene perfectamente trabajado. Solo así se explican las innumerables veces que Mbappé cayó en fuera de juego. Y en las que estaba habilitado se erigió en la mejor terapia para Iñaki Peña. El fracaso del francés se extendió a todo el Madrid. En derrotas de este tipo, cuando todo el panorama es desolador, se debe mirar al banquillo. El deterioro del Madrid es importante y Ancelotti no da con la tecla. No solo con actitud e individualidades se justifica un equipo cuyos desórdenes tácticos se agrandan por momentos. El Madrid se la pegó a lo grande en el Clásico y el Barça vive su semana más feliz en tiempo. El acierto es Flick.
Mbappé se inhibe
El carrusel de errores del Madrid en el 0-1 empezó por el delantero francés. Fue una falta que sacó el Barça en corto en la que él no encimó a Casadó, autor de la asistencia a Lewandowski. Ni tapó la línea de pase...
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