Cara y cruz para Carletto

Dijo Ancelotti tras la victoria en Bérgamo, con razón, que con todos los problemas que ha arrastrado el equipo desde el arranque de la presente temporada, llegar vivos al parón navideño era el objetivo primordial. Y ahí está ahora el Madrid, vivito y coleando. Con Mbappé, Vinicius y Bellingham mezclando cada día mejor y en clara progresión goleadora, muy mal tendría que hacer las cosas el escuadrón blanco para no imponerse en la mayoría de los partidos que quedan por delante.

Da la sensación de que lo peor ha pasado y que, con oficio y sacrificio, el grupo ha sido capaz de seguir al dedillo las palabras de su entrenador. Ahora solamente falta buscar solución a la sangría de lesiones musculares que están convirtiendo la caseta de Valdebebas en un ambulatorio y que están obligando a Carletto a buscar variantes tácticas de emergencia que no siempre han dado resultado. El adorado Pintus, sin ir más lejos, está en el punto de mira, pero si hace cinco meses era considerado en el club un mago, ahora no se habrá convertido en un ‘piernas’. Un calendario desmesurado, pocos efectivos, pocas rotaciones y escaso tiempo de entrenamiento de calidad forman un cóctel explosivo que explicaría la mayoría de las lesiones.

La victoria ante el líder de la Serie A ha sido un subidón tremendo para afrontar el último esprint del año. A poco que frenen los problemas físicos y con los tres tenores encontrando el golpe de pedal, este Madrid volverá a ostentar la papeleta de favorito para todo y será el rival al que nadie querrá encontrarse por el camino. Un año más.

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