Bellingham y Rüdiger son clave en el doblete

Bellingham y Rüdiger han tenido mucho peso en esta temporada gloriosa. Ambos de manera inesperada. Nadie habría pensado que fueran a ser tan decisivos. El central alemán, porque partía por detrás de Alaba y Militao en las preferencias de Ancelotti. El inglés, porque era lógico pensar que necesitaría un periodo de adaptación antes de destapar el tarro de las esencias.

Bellingham ha dejado con la boca abierta a propios y extraños. En Dortmund se frotaban las manos por haberle sacado al Madrid más de cien millones. El propio Madrid contaba con una temporada de adaptación a equipo y ciudad, más tras experiencias anteriores con ingleses como Cunningham, Owen, Woodgate o incluso Beckham. Los 23 goles de Bellingham hablan por sí solos. Una aportación extra más allá del poderío que demuestra en todo el campo. Es el jugador total.

Por su parte, Rüdiger ya venía de hacer una buena primera temporada después de su llegada desde el Chelsea. Pero de ahí a convertirse en el káiser de la defensa va mucho trecho. Ancelotti echó a temblar cuando se lesionó primero Militao y luego Alaba. No se ha notado. El central alemán es mucho más de lo que ofrece en el campo. Se ha ganado a todo el vestuario por su humildad y por la manera que tiene de defender a sus compañeros ante los rivales. Siempre es mejor tener a Rüdiger en tu equipo, sobre todo si las cosas se ponen feas. Tiró el último penalti ante el City, lo que habla de su jerarquía, y lo marcó. Ha dado un paso adelante... un paso de gigante.

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