Añorando aquellos inútiles positivos y negativos

Si aún hubiese positivos y negativos, como hasta mediados de los años 90 (cuando las victorias pasaron a valer tres puntos), el Madrid tendría ahora mismo una ventaja añadida sobre el Barça de cinco de esos hipotéticos positivos ‘ficticios’ que se sumaban a domicilio. Al final no servían de nada, porque los puntos reales y los positivos o negativos que se añadían en el casillero durante el campeonato debían cuadrar en la última jornada, pero daban una indicación de cómo iba transcurriendo la Liga. No recuerdo ningún equipo que jugase sus tres primeros partidos fuera de casa y que sumase tres victorias. El Madrid por tanto tendría un 9+9 antes de que jugase el Barça. Por ello no le valía a los de Xavi la antaño también llamada ‘media inglesa’: victoria y empate cada dos jornadas.

Para sumar en Vila-real sus 7+4 se vio obligado a subirse a una montaña rusa, y ya se sabe que ahí disfrutan sobre todo los chavales, como Yamal, ese ADN con acné al que pone cordura Frenkie de Jong. Cuando en un descenso brutal en surround el Villareal igualó primero la escapada rival y luego cobró ventaja, muchos pensaron que Laliga descarrilaba ya en la primera curva. Pero este es un Barça juvenil que disfruta en los parques de atracciones. Habrá pues que esperar al final para cuadrar positivos y negativos.

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