Alcaraz sonríe en París

Carlitos Alcaraz es casi infalible. En su primera final en Roland Garros y ante Alexander Zverev, el tenista más en forma del momento, sumó su tercer Grand Slam con 21 años. El hombre más precoz en conseguirlo en la historia del tenis. Su fiabilidad en finales, tres de tres en Grand Slam, cinco de seis en Masters 1.000 y 14 de 18 en total, intimida a cualquiera. Su triunfo remontando en la Philippe Chatrier hizo bueno una vez más el lema que adorna la grada: “Victory belongs to the most tenacious”.

Carlitos supo agarrarse a la pista en los momentos de duda, que los hubo, y mantener la sonrisa, su gran seña de identidad, después de cada embestida del alemán, que se anotó el segundo y el tercer set tras levantar un 5-2 en contra. Zverev ya no es el jugadorazo de mente frágil al que se le escapó el US Open 2020 ante Thiem. Ahora ya no entra en pánico. Pero tampoco Carlitos, que aprendió del terrible episodio de calambres que malogró su semifinal del año pasado ante Djokovic.

Alcaraz extiende la racha española en París. Es el décimo tenista en ganar un cuadro individual tras Nadal (14), Arantxa (3), Bruguera (2), Santana (2), Ferrero (1), Muguruza (1), Costa (1), Moyá (1) y Gimeno (1). Y lo ha conseguido tras superar dos durísimas finales: la primera ante su querido archienemigo Jannick Sinner y la segunda ante Sascha Zverev, el mejor tenista de la NextGen. La tierra tiene nuevo rey.

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