De Pitus Prat a Darder: oda al club de la resiliencia

El frenético gol de Darder, que concede un valiosísimo triunfo en el minuto 95 después de contratiempos tales como dos dianas anuladas previamente al propio jugador, sirve de inmejorable panegírico para lo que representa el Espanyol a los 90 años de que otro gol blanquiazul, el de Pitus Prat, se convirtiese en el primero de la historia de LaLiga. Hoy está de moda la palabra resiliencia, entre ‘coaches’ y autoayudas, pero si alguien lleva representando desde hace al menos nueve décadas ese espíritu de adaptación a la adversidad es el perico.

Protagonizó el Espanyol el primer gol, la primera expulsión, es el único club con más de mil derrotas en LaLiga, el séptimo en la clasificación histórica y el sexto con más partidos. El que más tiempo seguido lleva en Primera tras el triunvirato de los que nunca bajaron (Real Madrid, Barcelona y Athletic) y el Valencia. Es una anomalía en su entorno, una Galia en el corazón del despiadado Imperio Romano. Por si esto fuera poco, convive a veces con un cainismo autodestructivo e incluso con el caballo de Troya de alguna dirigencia. Y emula a Sísifo, volviendo al punto de partida cada vez que parecía estar a punto de acariciar la cima.

Pero, como el propio Sísifo, la virtud del Espanyol es que siempre se levanta. Lo hizo después de sus cuatro descensos, después de Leverkusen y Glasgow. Cuando con Vilá Reyes se iba a comer el mundo. O en el desahucio de Sarrià. El gol de Darder, hermoso y épico, devuelve al Espanyol a unos ideales que sus bases nunca abandonaron. Y que deben guiar, al menos, los próximos 90 años.