Lopetegui renueva la salida de balón del Real Madrid

Premisa obligatoria. El despertar de la temporada ratifica la evolución de la idea del Madrid respecto a salir con el balón controlado desde su propia portería. No le importa si el rival opta por presionar arriba como hicieron en fases el Atlético o el Girona. Lopetegui insiste en esta filosofía pese al riesgo que supone, subrayado en la pérdida de Varane que acabó en el 2-3 de Saúl en la Supercopa de Europa. El Madrid promedia 384 pases por partido en campo propio, 136 más que el curso anterior. Sirva de comparación los 228 pases que cuenta el Barcelona para entender el desarrollo blanco en este capítulo. Las acciones de saque de puerta visibilizan la propuesta. Si el contrario se estabiliza en bloque alto para que Keylor golpee en largo, los centrales madridistas se sitúan a los lados del área, en disposición de recibir. Los laterales se mantienen abiertos y ganan altura y los centrocampistas se ofrecen por dentro. La aportación del frente de ataque resulta importante para conectar las líneas. Aún sintiéndose comprometido, el equipo de Lopetegui se asocia en corto y no rifa casi ninguna entrega (duración media de cada posesión de 23,4 segundos).

La figura. El cometido de Kroos se torna vital. Casi todo balón pasa por el alemán (231 pases en LaLiga con un 94% de acierto). Es habitual ver a Kroos colocarse entre Sergio Ramos y Marcelo para organizar la construcción desde ahí. Kroos verticaliza el juego y se alía con Asensio, Isco y Benzema. En Montilivi dio 43 entregas a los tres. La preponderancia del alemán queda al margen del sistema que utilice el Madrid. Nadie duda de que con Casemiro como acompañante en el doble pivote sea él el que se adjudique el papel casi único de guía en la salida, pero también lo hace con el 4-3-3 de mediocentro posicional y con jugadores más creativos como Ceballos en el once como sucedió frente al Getafe.

En los márgenes. El Madrid prefiere alargarse por el sector izquierdo con la presencia de Kroos y Marcelo. El brasileño, inevitablemente en el foco por su apatía defensiva, tiene la calidad suficiente para airear a su equipo en situaciones delicadas. Se extiende y se muestra ante Ramos y Kroos para participar en la creación (98 pases de media cada 90 minutos). Con Marcelo el Madrid sale y ataca mucho por fuera: 44 jugadas de media por la izquierda, 19 por el centro y 23 por la derecha. Sin embargo, la toma de decisiones del lateral no siempre es la correcta. La prueba más evidente es su error de principiante en la Supercopa por intentar evitar un saque de banda en la jugada del 2-2. La decisión de Marcelo giró la final.

Perjudicado. Si hay un futbolista al que se le ve algo sobrepasado por esta nueva máxima imperante en el Madrid ese es Casemiro. Nunca ha destacado por sus dotes técnicas, pero tanto la intención de jugar el balón desde atrás llevada al extremo como el dibujo han penalizado su rendimiento en estros primeros partidos. Registra un 87% de precisión en los desplazamientos, una cifra relativamente baja. Isco tuvo que perfilarse, por momentos, como interior ante el Girona para oxigenar al brasileño. Casemiro es uno de los responsables de las pérdidas del Madrid en terreno de juego propio (10 por encuentro). El Madrid mejorará su salida con Modric como titular.

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