Un falso cordero y 10 secundarios

Fernando Santos va a llenar el centro del campo de portugueses buscando que Bale se salga de la pista o se choque contra los obstáculos del camino. Portugal llega a Lyon con la humildad de siempre, pidiendo perdón por haber roto los pronósticos de los expertos, los chistes de los franceses y las ínfulas de los croatas. Otra vez, el seleccionador va a sacar a sus diez secundarios (esperemos que con Rafa Guerreiro recibiendo a Bale y con Pepe adelantándose a Kanu), y a su estrella fugaz, Cristiano Ronaldo, que en estos días se ha comportado como un corderito. Santos lo encumbra como un hombre de equipo, nosotros nos lo creemos y Cristiano se relaja, confiando en que su momento llegará si no es hoy, pues el próximo domingo.

Gales va a ofrecer más espacios que los anteriores rivales, especialmente si comienza perdiendo (algo que pocos imaginan). En ese escenario de lucha abierta aún tienen que explotar los portugueses de los que se esperaba más, como es el caso de João Mario, demasiado tímido en sus maniobras ofensivas, o Adrien, que sirvió de perro de presa frente a Modric, pero que es mucho más que eso. Portugal tiene más fútbol del que ha podido mostrar hasta ahora, sólo falta que el contrario dé facilidades. Para doblegar a Portugal, el técnico galés va a jugar la carta de la rapidez, una estrategia que disgusta profundamente a Santos y que tratará de abortar con todos los medios, nunca mejor dicho. Tiene mimbres para eso y para su contrario. Es lo bueno de los buenos secundarios.

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