Menos elogios y más minutos

En cinco partidos del Mundial, James catapultó su carrera a un nivel al que muchos querrían llegar después de años y años de trabajo. Un golpe de suerte, haber nacido con estrella o ser una verdadero Clase A lo pusieron en la Casa Blanca. Su llegada al Madrid fue natural. Respondió bajo el mando de Ancelotti, pero luego con Benítez y Zidane las cosas se le complicaron en lo futbolístico y personal. Aún así, los 1.858 minutos que jugó esta temporada no son negocio ni para él ni para el club. El 10 necesita un equipo en el que pueda ser figura no sólo en el papel. Fútbol le sobra.

James no está en venta aunque lo quieran los grandes con billeteras abultadas. El pronunciamiento, halagador viniendo de un club al que es muy difícil discutirle la grandeza, y lo que representa en la carrera de un futbolista hacer parte de sus filas, también preocupa. Un jugador de su categoría más que estar en los planes del presidente debe aparecer en los del técnico y hasta el momento Zidane no ha logrado acoplar al colombiano ni a su esquema, ni a su disciplina. James lo admiraba, quería ser como él, pero luego se conocieron y algo se rompió. El francés solo valoró sus condiciones en las conferencias de prensa, pero muy pocas veces en la cancha...

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