Nogales se fue del Dakar en helicóptero

Al que entró antes que yo a la ducha le robaron la camiseta. Salió, se quejó, trató de hacerse de entender en su español afrancesado, pero al final desistió. Sólo quedan tres días de carrera, a mal tiempo... nueva camiseta. Daños colaterales de este Dakar, que pisa tierra de viñedos. Estamos en La Rioja y también en esta Rioja el vino vertebra la vida. Se cató en el kartódromo en el que estaba el vivac. Hubo también exhibición de skate y de BMX, saltos y piruetas; no se preocupen, el Chavo Salvatierra, que quiso festejar su llegada a Uyuni con un caballito y se fue al suelo, no estaba en el show. Con su tortazo ante el mismísimo Evo Morales en aquel podio bastaba. Para qué más.

De nuevo la crecida de un río retrasó la especial. Las tormentas de la noche nos encontraron en el autocar entre Belén y La Rioja. Un día dormimos en tienda de campaña y otro en un polideportivo; uno en pleno sembrado y otro sobre una mesa. Mi capacidad de conciliar el sueño es tal que soy capaz de dormir en lo alto de un semáforo. “Ni el sueño ni el hambre lograron frenarme”, confesaba Danny Nogales. Sí lo hizo el helicóptero de la organización, que en plena etapa bajó y secuestró al boliviano. Razón: ayuda ilegal de los aficionados. “Ellos me obligaron a subir al helicóptero”, dijo Danny. Aún no se ha pedido dinero por su rescate.

Dicciodiario: Bocha. Un montón. “Aún tengo una bocha por delante”, eso es lo que podrían decir Price y Peterhansel si hubieran nacido en Buenos Aires, peinaran gomina y bailaran tango. Deberán trabajar aún a destajo en este sprint final del Dakar.

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