DIARIOS DE MOTOCICLETA

No volaba el helicóptero, ni Superman

Reuters

Mensaje en Buenos Aires, sentadito en el autocar: “Por razones meteorológicas aún no podemos tomar el vuelo”. Mensaje ya en la pista del aeropuerto de Córdoba: “Por razones meteorológicas no podemos descender del avión”. Ni arriba ni abajo. El circo del Dakar, de no sé cuántas pistas, arrancaba con turbulencias su gira de funciones. Menos mujer barbuda, aquí hay de todo. Llegamos a Córdoba, corazón del motor en el país, habitual en el Rally de Argentina del Mundial. Muchos pilotos se frotaban ayer las manos... antes de que el agua dijera ‘por aquí no’. Sainz, Loeb, Hirvonen o Hunt tendrán que esperar.

Pero no estaba el día para recitales. No podían volar los helicópteros y así no puede competirse por razones de seguridad. Por no volar, no voló ni Superman. Y Superman aquí es Kobus Potgieter. El sábado, con el sol cegando en el podio de Buenos Aires, me pareció ver a un piloto vestido como el famoso superhéroe. Veía bien. Potgieter celebra sus 50 años debutando en el Dakar. No es periodista, como Clark Kent, sino arquitecto naval. No es del planeta Krypton, sino sudafricano. Dice que le ha costado un año de rehabilitación hospitalaria, 22 motos y dos matrimonios poder tomar la salida del Dakar. Ante un reto así, dos matrimonios me parecen pocos.

Dicciodiario: Mufado. Gafado. Así fue el arranque del Dakar, que el sábado suspendía los camiones tras el accidente de la china Meiling y ayer cancelaba la primera etapa debido a las fuertes tormentas. Por cierto, no hay dorsal 13. Corresponde a las motos, pero nadie se atreve.

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