Barreda ha cambiado sus prioridades

Que Joan Barreda es rapidísimo no es nada nuevo, se sabe desde su etapa en el motocross. Así lo demostró también cuando dio el salto a los raids y esa velocidad es la que le había permitido ganar diez etapas hasta el Dakar de este año, nada menos que cinco de ellas en 2014. Ahora afronta su quinta participación en la gran carrera desértica y parece que ha alcanzado la madurez necesaria para que se produzca un interesante cambio en sus prioridades. El castellonense sabe ya que los triunfos parciales son accesibles para él y que ha llegado el momento de centrarse en otro objetivo mucho más ambicioso: la victoria final en la prueba. Aunque para ello tenga que asumir que debe renunciar a esa satisfacción, mucho más transitoria, de ir imponiéndose día a día al resto de los motoristas…

En esta edición del Dakar resulta obvia la transformación de Barreda. Sigue yendo verdaderamente rápido en algunas fases de la competición (a veces da hasta miedo verle en esa Honda oficial) pero ha aprendido a modular su rendimiento, adaptándolo a las exigencias de este nuevo planteamiento que se ha propuesto, mucho más a medio plazo. Ha ganado dos etapas pero hubieran podido ser más de no centrarse en una tarea de marcaje directo a Marc Coma, su principal y casi único rival en esta pugna por llegar en primera posición a Buenos Aires el próximo sábado. Con una actitud más conservadora, una moto tan fiable como competitiva y mayor experiencia en la gestión de la carrera no hay duda alguna de que el vigente campeón va a tener que esmerarse para conservar su corona. Barreda es un líder sólido, aunque también estoy convencido de que Coma guarda una bala en la recámara. Bonita lucha nos espera…

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