ELCHE

El último partido del año

Elche

El Elche termina el año sumido en un estado de crisis total. En lo deportivo, el equipo se marcha de vacaciones en el último puesto de la tabla de clasificación, dejando una sensación de impotencia que va mucho más allá de los tres puntos que le separan, ahora mismo, de la barrera de la permanencia. La plantilla que dirige Fran Escribá necesita reforzarse. Lo haga o no, la salvación se presenta como una meta muy lejana en la que sólo un giro total en la gestión de la entidad puede permitir obrar lo que parece un milagro.

Queda mucha temporada por delante: 22 jornadas, 66 puntos en juego. Para cualquier aficionado que no haya seguido a fondo el día a día del Elche, puede parecer una aseveración demasiado tajante la de pensar que mantener la categoría suena a poco más que un milagro en tierras ilicitanas. Sin embargo, esa es la sensación que ofrece la trayectoria del equipo, el estado de su plantilla (con sólo 20 jugadores del primer equipo), la carencia de alternativas en el lateral derecho y en el mediocentro defensivo, la deuda económica y la fractura social que se ha creado en el ambiente. A 2015 hay que pedirle algo más que salud. El futuro del Elche se tambalea.

Este lunes, a partir de las 19:00 horas, comenzará la última cita de 2014 para el Elche. El partido lo juegan los accionistas, aunque el resultado no deja espacio para la sorpresa. El presidente José Sepulcre sacará adelante sus cuentas porque tiene el voto a favor de la Fundación, que controla casi el 60% de las acciones. Sin embargo, atraviesa por su peor momento. Juan Anguix, ex vicepresidente en la temporada del ascenso y patrono de la Fundación, exige su marcha y quiere liderar un nuevo proyecto. A Sepulcre nadie le va a evitar el sonrojo cuando los pequeños accionistas, que se van a dar cita en buen número en el Martínez Valero, empiecen a pedirle explicaciones.

El préstamo de 20’5 millones de euros que anunció el 14 de noviembre no llega. Era el último crédito que le quedaba a Sepulcre, una operación debería haberse cerrado hace bastante tiempo. Ahora, después de casi nueve años al frente del club, es momento de que el presidente se replantee su situación, El club no es suyo y el cargo, tampoco. Debe arreglar sus temas y dejar que el aire fresco entre por la puerta de su despacho. Debe hacerlo por su propio bien y por el del Elche. Feliz Navidad.

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