Luis Enrique reculó dos veces en Vigo

Lo primero que hizo Luis Enrique al aterrizar en Vigo fue abrirle la puerta de salida a dos jugadores del primer equipo: Toni y Orellana. Ambos no entraban en los planes del técnico asturiano y estuvieron todo el verano buscando equipo. No encontraron una salida que les convenciera y decidieron quedarse a luchar contra corriente. Esta actitud propició que el gijonés les levantara el castigo. Primero cedió ante Toni, un extremo al que quiso reinventar como lateral. Empezó la Liga como titular, pero la nueva posición fue una losa para el canterano del Celta. Al final tuvo que hacer las maletas en enero porque nunca llegó a adaptarse como defensa.

Bien distinta fue la situación de Orellana. Comenzó el campeonato en la grada, pero pronto se ganó un sitio en el banquillo y acabó convenciendo a Luis Enrique para ser un fijo en el once. De hecho, su inclusión en los planes fue clave para que el Celta levantara el vuelo en la segunda vuelta. Fue uno de los jugadores más determinantes de la plantilla y demostró que el gijonés se había equivocado. En la jornada 15 le dio la alternativa y el chileno le salvó el puesto a su entrenador con gol y partidazo.

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