La ACB sigue cavando su tumba

Va para tres meses que la ACB decidió en asamblea “generar un cambio global en el producto” para salir del pozo. En el paquete del cambio iba el nombramiento de un presidente ejecutivo. Había que poner fin a la sangría: 69,4 millones de deuda a bancos y entidades, 31,3 a la administración tributaria, 1,1 a la seguridad social, desplome de la audiencia televisiva de 1,2 millones de telespectadores a 260.000 con la consiguiente caída de los ingresos de 13 millones a 2, desaparición de cuatro clubes en los últimos años, cinco en concurso de acreedores... La conclusión de la auditoría resultaba demoledora: “La ACB no ha generado suficientes recursos para ser rentable”, y advertía finalmente de un “claro indicativo del riesgo de suspensión de pagos”.

Pues en estos casi tres meses no se ha escuchado a nadie hablar de los problemas. Los 18 clubes, en un ejercicio más de su irresponsabilidad, se los han pasado acentuando sus diferencias en lugar de buscar soluciones comunes: el Madrid contra el Barcelona, los clubes de ayuntamientos populares contra los de socialistas, los que advierten una maniobra de Cardenal para entregar la ACB a la LFP contra los que son partidarios de ello, los que están con Endesa contra quienes no quieren ingerencias de los patrocinadores, los portelistas contra los anti, los del Foro Consenso contra los que no lo son... Como estamos en esas, han decidido comenzar de nuevo. Y, mientras, la ACB cavando más su tumba e incrementando la deuda. Va por el 186%.

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