Del Cobresal, pregunten a Pellegrini

Raymond Olson no es piloto ni copiloto. En realidad no tiene dorsal en la carrera. No es de ASO, ni del equipo médico, ni sirve juguitos de ananá (zumos de piña) en el vivac. Raymond Olson toca de refilón a esta carrera, en realidad lo único que hizo es inventarse una ciudad y ponerla en la ruta del Dakar. El Salvador es la penúltima llegada del Dakar. Es en realidad un campamento minero creado por Olson, quien dibujó avenidas convergentes (en forma de anfiteatro) hacia el centro comercial y administrativo. En una esquinita se ve el estadio del Cobresal, el equipo por el que allí tifa la gente. Iván Zamorano, nuestro Bam Bam (y especialmente el suyo), les regaló sus goles en 1987. Ayer, cuando el Dakar llegaba a El Salvador, se cumplieron 25 años de un terremoto futbolístico: el empate a dos del Cobresal con la Universidad de Chile, que propició el único descenso a Segunda del histórico club nacional. Si quieren más datos, pregunten a Manuel Pellegrini, que por entonces dirigía a la famosa ‘U’. De la historia al presente, y a las anécdotas. Como la vivida hace unos días en Salta, cuando un helicóptero del Dakar acudió en auxilio de una menor de 17 años que rompió aguas y estaba sola en casa. En un pequeño pueblo. “Es la primera vez que nos pasa”, dijo Jean-François Tardy, coordinador adjunto del PCO (Puesto de Coordinación Operativo).

‘Dicciodiario’: ¿Que onda como estai? ¿Qué tal, cómo lo llevas? Se lo preguntaron a Casale y soltó un “báaarrrbaro”, pues con su etapa de ayer sentencia el título en quads. Perdón, cuadriciclos.

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