‘Pachamama’ cuidó de la caravana

Chau, Argentina, es hora de que el Dakar pise Bolivia. Sólo unas horas, sólo motos y quads, pero sirve para que el país se asome a la carrera en la que quiere estar. “No queremos enfrentamientos, queremos dialogar y cuidar el lugar donde vivimos”, afirmaba Guillermo Mamani. Habla por boca de los indígenas aimaras, que habían amenazado con bloquear la carrera porque exigían garantías de que no afectaría al salar y a la fauna de la zona. Los aimaras no estaban solos. Se habían unido dirigentes quechuas y likan-antai, además del Colegio de Arqueólogos de Chile o la Fundación ‘Patrimonio Nuestro’. Al final se dejó vía libre y Evo Morales sonrió. Tras el aperitivo en las provincias andinas de Potosí y Oruro, quiere más. “He visto al venir desde Uyuni gente movilizada en las serranías, en los ríos. Es impresionante cómo el deporte integra”, confesaba el presidente. Junto a él, 900 amautas (sabios indígenas) recibieron a los participantes con rituales andinos para pedir a la Pachamama (Madre Tierra) que la competición se desarrolle de la mejor manera. Juan Carlos ‘Chavo’ Salvatierra y Walter Nosiglia defienden el pabellón boliviano. Uno es 16º en la general de motos y el otro 10º en la de quads. Están lejos, pero... Pachamama no entiende de colores, pide por igual para todos los participantes.

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