A Mourinho se le nota el resentimiento

No muchas semanas después de salir del Madrid, a Mourinho se le escapa el resentimiento. 'El Madrid es política, no es fútbol, no es deporte', dice. De paso hace de menos a Cristiano Ronaldo, mediante el halago al otro Ronaldo 'el verdadero', con el que recuerda que trabajó en el Barça. Y lanza una puyita sobre Bale, cuyo fichaje dijo que había pedido el año pasado, a lo que Florentino le habría contestado que no era año de inversiones. Todo eso conforma una pelota desagradable, en la que se presenta como víctima de un club al que hace de menos en su esencia, en su figura y en su estrategia.

La realidad es que Mourinho pinchó en el Madrid. Ya lo he comentado alguna vez. Vino a comerse el mundo y se comió otra cosa. Llegó con una hoja de servicios inmaculada pero aquí una Copa, una Liga y una Supercopa en tres temporadas es poco, por mucho que se adorne de una guarnición de semifinales. Mucho ruido y pocas nueces, con un final decepcionante: una Liga abandonada antes de tiempo, una caída en Europa ante un Borussia al que el Málaga había tenido en las cuerdas y, finalmente, la derrota en la final de Copa ante el Atlético, que enterraba doce años de dominio en la ciudad.

No sé si pidió a Bale. Lo haría en voz baja. Y es raro, porque cuando pidió un tercer delantero centro (¿recuerdan el enero que nos dio hasta que vino Adebayor?) o que renovaran a Pepe, bien alto que se oyó. Por cierto, ¿no era él el 'manager general'? Pero lo que peor sabe, porque es de ser desagradecido, es lo de Cristiano Ronaldo, que le ha hecho puntualmente más de cincuenta goles en cada una de sus tres temporadas. Cristiano Ronaldo es el mejor jugador que ha tenido el Madrid desde Di Stéfano. Mourinho sólo ha sido un pasajero que se apeó despechado porque no estuvo a la altura del desafío.

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