Madrid y Barça, más lejos todavía

Neymar compareció en la pachanga de Gdansk. Lo de Bale va cuajando. Ayer Villas-Boas empezó a tirar la toalla: se resigna y le pide a Levy, como Jesús a Judas, que lo que vaya a hacer lo haga pronto. Se ha hecho a la idea y prefiere recomponer el equipo cuanto antes con la morterada que suelte el Madrid. Así que los dos grandes se potencian más todavía (el Barça sigue buscando central y, a falta de Thiago Silva, alguno traerá). Ambos han perdido algo, sí: el Madrid un delantero centro y el Barça a Thiago, pero los fichajes de Bale, Neymar y de todos lo demás, llegados o por llegar, compensan esas bajas.

No se puede decir lo mismo de los que les siguen en la tabla. El Atlético no consigue a Diego y el boquete de Falcao difícilmente lo cubrirá Villa; la Real ha perdido a Illarramendi, su faro del medio campo; el Málaga se disuelve y justamente su perla, Isco, va a potenciar al Madrid; el Valencia está a un centímetro de soltar a Soldado; el Sevilla ya ha vendido a Negredo... Así siguiendo, hasta donde quieran. Los clubes que no son el Madrid y el Barça no pueden con esto. Lo que no acaba en uno de los dos grandes acaba en la Premier, o en Alemania, o donde sea. Madrid y Barça cada vez están más solos.

El efecto de los 140 millones por cabeza de la tele, frente a los 40 de los mejor librados tras ellos, o los 15 de los últimos del pelotón, es acumulativo. Cada nuevo curso, el bache entre ese diez por ciento de ricos y las clases medias y bajas se acentúa, metáfora de lo que ocurre en la sociedad. Es cierto que esto lo provocó el mercado, y que eso les hace más fuertes en Europa, donde compiten con ventaja, todo sea dicho. Pero también es cierto que esa brecha que se abre más y más año tras año acabará por ser más problema del previsto. Veremos si la venta comunitaria no llega demasiado tarde para alguno.

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