Hay que gestionar la ilusión

Las Palmas no es un equipo cualquiera. Está en el imaginario de muchas generaciones de chavales que crecimos viendo a los insulares como a uno de los equipos más representativos de nuestra élite futbolística. Nombres como los de Carnevali, Pepe Juan, Germán, Brindisi o Morete forman parte de aquellas tardes con los amiguetes del barrio intercambiando cromos y completando esas colecciones que guardamos todavía como oro en paño. Mi primer partido de fútbol en el Bernabéu fue un Madrid-Las Palmas en 1973. Ganó mi Madrid, lógico. Pero no olvidaré el buen gusto futbolístico de Las Palmas y su capacidad para tocar y tocar con criterio y sabiendo siempre lo que hacían con el balón. También es verdad que, hace once años, la última vez que estuvieron en la máxima categoría, vi al Madrid de Los Galácticos sucumbir por 4-2 en una noche en la que Casillas se vio arrollado por un chavalín llamado Rubén (esta temporada en el Betis ha metido 21 goles).

Ayer pudimos disfrutar con la afición del Pío Pío en el Centro Comercial Las Terrazas de Telde en la compañía del presidente (Miguel Ángel Ramírez es una máquina), el míster (¡Grande Lobera!), el veterano y cultivado Javi Guerrero, el director deportivo Juanito, Nauzet Alemán y el canterano Alejandro. De la hora y media de charla me quedo con la reflexión del entrenador: "Para el domingo en Almería hay que saber gestionar la ilusión, no la presión". Eso es el fútbol. Disfrutar de tu carpe diem y no mirar para atrás. El Almería es un equipazo y juega en casa. Pero Las Palmas tiene de su parte la historia y esa ilusión que le hace grande...

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