La última alegría y la tormenta

Sobre el Camp Nou cayó el diluvio. Cuando la naturaleza insiste en convertirse en metáfora de lo que les pasa a los hombres, aunque éstos jueguen al fútbol, es preciso prestar atención. Este año ha sido el más difícil de la Era Guardiola, que es como se debe llamar todavía este último tramo de la temporada. En este tiempo hay muy poco que celebrar y la lluvia vino a decirlo. Se perdió la fe en el equipo cuando éste no podía más, Tito Vilanova regresó de su lesión más comprometida y el Barça empezó a ser reconocible sólo por gestos, la mayor parte de Messi, que también se rompió al final porque él es parte de esta metáfora del diluvio de anoche.

El festejo era difícil de digerir. Y el agua vino en auxilio: era más fácil hablar del tiempo que de la temporada, así que en lugar de alegría, que la había, pero de aquella manera, hubo diluvio y ocasión de pensar: ¿Amainará la tormenta, el futuro nos dará las alegrías que este año fueron tan esquivas?

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