Torres, el gol y la virtud

Los debates en torno a las grandes estrellas del fútbol siempre son apasionados. Torres está en el ojo del huracán desde que debutó como profesional hace doce años. Siempre superó los malos momentos y superará otra vez estos días inciertos, los de la peor racha goleadora de su vida. Los españoles siempre estamos a favor o en contra de algo o de alguien. Generalmente no tenemos el término medio en el que, según Aristóteles, está la virtud.

No es la primera vez que Torres se queda fuera de una lista de la Selección por decisión técnica desde su debut en 2001. En noviembre de 2006, Luis Aragonés no le convocó para un amistoso ante Rumanía. "¡Que Torres aprenda!" dijo Luis pillado por una indiscreta cámara de esas que le perseguían. Torres aprendió y rindió con Luis. Entró en la historia. Su gol en la final de Viena nos hizo campeones. Hay que analizar la decisión, políticamente correcta, de Vicente del Bosque sin extremismos, desde ese término medio aristotélico. A un delantero se le mide por sus goles y sus números son muy malos. No así su juego, que ha mejorado en los diez últimos partidos que ha jugado. Ha rendido con una media de notable. Pero si no hace goles roza el suspenso. Fernando tiene en su mano ir a la Euro2012. Si vuelve ver puerta, irá. Y volverá a marcar en la final. Unamuno decía que quien tiene fe en sí mismo no necesita que los demás crean en él. Y en Torres aún creemos algunos. Del Bosque, también. Por su brillante pasado, por su duro presente y por su esperanzador y virtuoso futuro.

Lo más visto

Más noticias