Si yo fuera Quique Flores...

Si yo fuera Quique hoy pondría a los jugadores del Atlético imágenes de la final de Copa del Rey celebrada en el Camp Nou. Imágenes de después del partido. Un vídeo de la grada del fondo vestido de rojiblanco. Y no haría un montaje compactado de los mejores momentos de la intensa hora en la que no pararon de animar a su equipo. Se lo pondría íntegro. Con planos generales y primeros planos de los rostros de los 50.000 colchoneros que viajaron a Barcelona por tierra, mar y aire. Y AVE. Acababan de perder, pero esa noche tenían cara de campeones por el regreso a la victoria una semana antes en Hamburgo.

Habían perdido una final, pero se sentían de nuevo ganadores porque saborearon siete días antes la miel y la emoción de volver a vencer. Los jugadores miraban desde el césped estupefactos a la grada comprobando que aquella mítica afición era mucho más de lo que tantas veces les habían contado. No pararon de apoyar a su Atleti mientras el Rey entregaba al Sevilla la Copa, mientras los sevillistas lo celebraban con los suyos. Algo jamás visto tras una final. Sentimiento Atlético en vena. ¡Ponles ese vídeo, Quique!