Domenicali y Ferrari no dan la talla

Mientras veía, entre sorprendido y admirado, la lucha por el octavo puesto entre Fernando Alonso y el asombroso Vitaly Petrov me preguntaba qué demonios hacía ahí el piloto español. Cómo podía ser que con un Ferrari estuviese luchando con un novato ruso por una posición sólo dos puestos mejor que el año pasado en Turquía con el Renault. Entonces me vino a la cabeza aquello de que Juan Manuel Fangio siempre sabía elegir mejor que nadie la escudería con la que correr (cinco títulos mundiales con cuatro equipos diferentes), todo lo contrario que Stirling Moss, cuatro veces subcampeón del mundo y tres veces tercero con seis equipos diferentes, un desastre estadístico del mejor piloto de la historia que nunca ganó un campeonato.

No creo que el caso de Moss sea equiparable al de Alonso, entre otras cosas porque el español ha ganado dos títulos y seis grandes premios más que el británico, pero lo que sí ha quedado muy claro es que esta escudería Ferrari no tiene nada que ver con aquella que comandaban Jean Todt y Ross Brawn y que el asturiano ha elegido equipo a lo Stirling Moss, es decir, en un mal momento. Pero no está todo perdido. Los números de Alonso son mejores que los de Massa y Raikkonen en 2009 (tenían once y nueve puntos, respectivamente), pero se va a tener que poner serio con el gran culpable de esta situación, Domenicali, y pedirle cuentas al gran jefe Montezemolo. Y si en Canadá y Valencia no hay reacción, buscar un Brawn para 2011. Algo parecido hizo Schumacher y no le fue mal.

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