Que Banega y Mestalla hablen hoy

El castigo de Banega es su propia vergüenza (que supongo que la tendrá) y el mal trago de verle la cara a su compañero Silva, que entró por él. Cuando lo haya pensado en frío se habrá dado cuenta que fue una gambada su numerito. Unai tenía dos opciones para afrontar el problema. La opción egoísta, pensando en sí mismo, y la opción empresa, pensando en el bien común. Si Unai fuese otro tipo de persona, quizá se lo cargaría, sacando sus galones y su látigo, para demostrar su autoridad. Pero optó por la opción coherente: la de pensar en el bien común. Hablar con él en privado de hombre a adolescente y salvo sorpresa lo alineará hoy.

Ahora Ever debe hablar en el campo y demostrar que no está para que le cambien o que lo hace lo suficientemente bien como para dejarlo todo el partido. Unai estará encantado de que así sea. Como lo estuvo cuando Joaquín le dedicó un gol con el Stabaek. "Mientras marque goles que me los dedique todos", pensaba Unai. Si Banega no habla en el césped, se retratará. Como se retrata el Chori. Aquí lo que vale es hablar en el campo. Las palabras suenan vacías si uno reclama en prensa lo que luego no se gana en el césped. También debe hablar Mestalla. También la afición se tiene que clasificar para Champions.

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