El brasileño, un aprendiz de Casillas

Diego Alves, hombre récord, tiene dos metas en la vida. Una es ser el portero titular de Brasil. La otra, jugar en un grande de Europa que adorne su currículo con títulos. Cuando dice grande, mira de reojo al Madrid y al Barcelona. Son sus dos primeras opciones. Después tiene Italia, la otra opción que más le gusta. Alves admira a Casillas, ejemplo para cualquier portero con proyección. Pues el otro día debía tener una estampita de San Iker junto a su portería porque le paró al Barcelona cinco goles cantados. La velocidad de sus manos y sus reflejos recordaron a las mejores tardes del madridista...

Puede que esta tarde se cambien las camisetas tras el partido, que se lancen algún piropo y que alguno de los dos decida el resultado final. Guantes que valen su peso en oro. En los de Alves, por cierto, podría estar parte del futuro de Hugo Sánchez. El mexicano quiere embrujar al Bernabéu porque sueña con estar en el mismo sitio en el que hoy se sienta Juande.Un triunfo y una buena imagen, dejaría el sabor de aquel pasado mejor que Hugo representa en la memoria colectiva blanca. Esos mágicos años 80 en los que mandaba en ese estadio con sus chilenas y volteretas. Por eso quiere ganar. Como Valdano como Benítez... Otro ex que amenaza a los madridistas.

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