La pobreza de ambición del Madrid

Es fácil decirlo tras el fracaso ante el Roma, pero no creo que fuera el único en sospechar que este Madrid no estaba confeccionado para ganar la Champions. Es un problema de pobreza de ambición. ¿Cómo es posible que un club con la historia y las aspiraciones del Madrid haya identificado como fichaje estrella del verano a un jugador que no era titular indiscutible en el Chelsea? Fue como reconocer que el Chelsea, que ha ganado el título ingles tres veces en 103 años y nunca la Copa de Europa, era más grande que el Madrid. O si no, ¿cómo explicar que el Madrid fiche a sus descartes?

Partiendo de esta vergonzante subvaloración de lo que es el Real Madrid se explica el mediocre juego de esta temporada. Sí, es verdad. Va primero en la Liga. Pero como también algunos sospechábamos, y como la competición europea ha demostrado, la Liga española no es lo que fue. Hace unos años había cuatro equipos españoles que hacían temblar a Europa (Depor y Valencia, además del Barça y el Madrid). Hasta el Alavés daba miedo en la UEFA. Pero ya no. El Atlético, que pinta tan bien a veces en España, acaba de caer contra el Bolton.

Para que despierte el Bernabéu y el mundo vuelva a respetar al Madrid hay que acabar con la vulgaridad y recuperar la ilusión recolocando la excelencia deportiva como máximo valor. No es admisible que el club de Di Stéfano, Puskas, Ronaldo y Zidane se quede satisfecho con una plantilla la mitad de cuyos jugadores pertenece a clubes cuya máxima pretensión europea es ganar algún día la Copa Intertoto.

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