¿Entienden de respeto en la Real?

Naturalidad. Esa es la palabra que más utilizó ayer Rekarte para hablar sobre su ya peculiar caso de renovación, que está trayendo más dimes y diretes de los necesarios. Me hizo reflexionar. ¿Cuántas veces hizo mal las cosas la Real con los jugadores con los que no contaba? ¿Recuerdan que a Kvarme le dijeron que contaban con él si no encontraban nada mejor? ¿Y que Schurrer logró la renovación por partidos, una mañana estaba tranquilo en Donosti para seguir en la Real y a primera hora de la tarde viajaba a Atenas para firmar por Olimpiakos?

Schurrer, Kvarme, Westerbeld, Boris, Barkero, Gabilondo, Alberto, Nihat, De Paula Todos tienen algo en común. El (mal) trato que la Real les dispensó en el momento de su marcha. Los tres primeros bajo la infame presidencia de Astiazaran y el resto con la presencia de Fuentes en el poder blanquiazul, con Bakero como instigador y brazo ejecutor de los fríos y alevosos adioses a jugadores que con más o menos fortuna son parte de la historia realista. Me lo recordó un compañero en Zubieta. Lo último que debe perder un club señor como la Real, aunque descienda, son las formas y el respeto.

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