A Europa entonando el Riau-riau

Toda Pamplona, Navarra entera, se vistió ayer de rojo. De rojo pasión, porque si algo no faltó anoche en el Reyno de Navarra fue la emoción. En lo bueno y en lo malo. Cuando ganaba el Madrid en Sevilla y cuando perdía. Lo que parecía claro es que el signo de identidad de Osasuna, lo que le ha hecho grande, es el mérito de saberse merecedor de todo lo que ha logrado esta temporada con la única ayuda de su esfuerzo y trabajo. Y con el apoyo de una afición que ayer, incluso, se esforzó por ser del Madrid.

Los jugadores de Osasuna, ya desconectados del Sevilla-Madrid, se conjuraron convencidos de que sólo ellos podían escribir su propia historia. Milosevic, primero, y David López, después, pusieron la grada en pie. ¡Osasuna, a la Champions! ¡El sueño hecho realidad! Entonces el Reyno de Navarra empezó a entonar el Riau-riau. Porque, con permiso del patrón, el 16 de mayo, en Pamplona fue San Fermín y este año en las fiestas más internacionales se lucirá el pañuelico con el escudo de la Champions.

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