Benítez va camino del altar

El Liverpool volvió a ser el amigo del que nada te esperas, que te acaba llevando inesperadamente a tomar algo al bar más impresionante de la ciudad y que al final acaba yéndose sin pagar. Más o menos ocurrió lo mismo ante el Olympiacos, el Bayer Leverkusen y hasta el Chelsea, a quien estuvo a punto de sorprender en la Carling Cup si no hubiera sido por un gol a última hora. Ofrecen compromiso, capacidad goleadora (la Juve había encajado sólo dos goles hasta ayer) y sorpresa, pero a última hora hay algo que falla: ayer Scott Carson, un portero que acabará en la selección pero que con 19 años cuenta con un peligroso nivel de duda.

Lo que se vio anoche en Anfield representó de nuevo lo mejor y lo peor de lo que lleva Rafa Benítez entre manos. Una plantilla descompensada a la que le faltan Kewell, Hamman, Xabi (que todavía no está para jugar aunque se le viera en el banquillo), Morientes, Sinama-Pongolle y Cissé, pero que en casa se transforma en una fuerza irresistible hasta que se encogen las piernas. Piensen en el Depor de antaño (velocidad, primer pase, ocasiones) y la Selección española en competiciones internacionales (que hacen todo bonito pero que tiene miedo al éxito) y se harán una idea de qué va este Liverpool. Los de Benítez, si se cuenta lo que el preparador español puede utilizar, no tienen ningún derecho a estar donde están, pero sin embargo han sido capaces de superar las dificultades de esta temporada (no sólo lesiones, también los constantes rumores sobre el futuro de su capitán, Steven Gerrard), una tortura que tampoco merece. Por eso casi nadie cuenta con ellos, ni siquiera la mayoría de aficionados que suponen que ésta es una temporada de transición. Pero de momento les ha dado tiempo de catapultar al altar al entrenador y crucificar a una directiva que no se decide a tomar los pasos para conseguir el dinero suficiente que conviertan al Liverpool en un equipo que compita día a día con los más fuertes. Benítez se lo merece.

Luis García le pudo a Buffon

Fue una jugada muy hilvanada del Liverpool que desembocó en la banda derecha. Allí Finnan elevó para Le Tallec, quien hizo lo mismo sobre su marcador y Luis García, que llegaba por el centro y desde más de 20 metros, empalmó con la zurda durísimo y superó por alto a un adelantado y sorprendido Buffon. El tanto del español suponía entonces el 2-0.

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