Gravesen no es Makelele

No sé si alguien se ha fijado, pero Thomas Gravesen no es un centrocampista de contención. Ni es especialmente agresivo aunque lo parezca por su aspecto y por cómo celebra los goles (y por las bullas que les echa a sus compañeros cuando no recibe el balón como quiere). Además, pierde a menudo la posición y necesita sentirse importante en el equipo: o sea, sacar faltas, recibir el balón, trasladarlo, centrar. Que nadie dude que es un buen centrocampista, pero cuando se ha visto lo mejor de su repertorio es ahora que el genial David Moyes le ha encontrado su parecela particular: en un 4-4-3 parecido al del Barcelona, Tommy juega de Deco o Xavi al lado de Cahill, y por delante de Lee Carlsley, el otro calvo. Este sí que hace de escoba por delante de la defensa. Ayer se oyó por televisión que igual el Real Madrid se ha equivocado de calvo.

Cualquier aficionado medio en Inglaterra te dirá que Gravesen es un mediocentro ofensivo que, aunque no marque goles, eleva las prestaciones atacantes de su equipo, que da el último pase, que mueve bien al Everton. Bueno, y también que su energía es contagiosa. Y que aparece y desaparece de los partidos según le dé, aunque esta última acusación dice más de su ambición hasta ahora frustrada de formar parte de un equipo campeón. Su consistencia ganará enteros con el Real Madrid, porque si su nivel baja, en el banquillo habrá futbolistas que esperarán con gran impaciencia. Guti, Javi García o Borja. El que sea estará esperando su momento. Total, que quede claro que Thomas Gravesen mejorará mucho a este Real Madrid. Pero algo tiene que quedar muy claro: Gravesen no es Claude Makelele. Que no se equivoque nadie.

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