El cinco es un número con leyenda

Choca un poquito que Zidane cargue con el cinco, un número con resonancias defensivas en nuestra cultura futbolística. En gran parte de Europa, y en España, es el número del stopper, el marcador central. Número de algunos de los grandes feroces de nuestro fútbol, como Griffa, De Felipe, Benito, Ovejero, Gallego, Aguirre Suárez, Arteche.... Y lo mismo en nuestro entorno: Inglaterra, Italia, Francia. Y sin embargo ése es el número que va a llevar Zidane, jugador eminentemente constructivo, de medio campo para adelante, con mentalidad creadora.

Pero el cinco también tiene su leyenda, nacida desde la introducción de los números, que fue obra (claro) de un inglés, Herbert Chapman, manager del Arsenal. Chapman, ante el cambio de la regla del fuera de juego reforzó la defensa. Bajó el medio centro a defensa central. Cambió el 2-3-5 clásico por un 3-2-2-3, que pintado en un papel da WM. Y numeró a los jugadores, pero numeró para despistar. En lugar de numerar la defensa 2-3-4, como procedía, la numeró 2-5-3. Al defensa central le puso un cinco tramposo, como aparentando que seguía siendo medio centro. Así confiaba en que tardaran más tiempo en descubrirle. Estábamos en 1928.

Los números viajaron por todo el mundo y en Suramérica, particularmente en Argentina, sí se dio el cinco al medio centro, y allí ese número equivale a ser considerado el jefe. Redondo es el mejor modelo. Con ese argumento, y con el de que era el número que dejaba libre el hombre con más partidos en la historia del club, Sanchís, Valdano vendió a Zidane el cinco. Que, en efecto, es un número que tiene su mística.

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