Elizabeth Olsen, “frustrada” con Marvel: “Estaba perdiendo proyectos”
La actriz tuvo que rechazar varios proyectos debido a su contrato con el Universo Marvel: “Empecé a sentirme frustrada”.
Elizabeth Olsen llegó al cine de la mano de un proyecto tan ganador como ‘Martha Marcy May Marlene’, que consiguió alzarse con un gran número de premios y que catapultó a la fama a la actriz. Un proyecto con el que llegaron otros de la talla de ‘Silent House’, ‘Godzilla’ y una oferta para pertenecer al Universo de Marvel.
Una oferta que aceptó y por la que se convirtió en Bruja Escarlata. Hasta ahí todo bien. Sin embargo, acabó sufriendo lo que le ocurre a muchos actores de la plantilla de MCU, y es que el papel de superhéroe requiere de mucha responsabilidad, y eso les llevaba a no poder compaginarlo con otros nuevos proyectos.
Su contrato con MCU le impidió aceptar otros papeles
Elizabeth, en una entrevista concedida a ‘The New York Times’, ha querido hablar ahora de este tema y de su ‘encasillamiento’ como actriz, algo de lo que han renegado otras grandes estrellas. “Empecé a sentirme frustrada”, ha comenzado señalando, refiriéndose al momento en el que las ofertas llegaban pero ella no podía aceptarlas. “Tenía seguridad en lo laboral, pero estaba perdiendo proyectos que sentía que eran más parte de lo que yo soy. Y cuanto más me alejaba de esos trabajos, menos me consideraban para ellos”, ha añadido.
Llegaron varias ofertas, como la de ‘Langosta’, la cual se vio obligada a rechazar por su contrato con Marvel Studios. Una película dirigida por Yorgos Lanthimos y en la que la actriz quería participar: “Me rompió el corazón. Me quitó la habilidad física para hacer algunos trabajos que pensaba que estaban más alineados con las cosas que yo disfrutaba como audiencia. Estoy siendo totalmente honesta”.
Pero, tras acabar su contrato con MCU después de tres películas, la actriz tomó la decisión de volver a firmar por Bruja Escarlata y Visión: “El poder elegir continuar era importante para mí. Pensamos que lo que estábamos haciendo era raro y no sabía si tendríamos una audiencia que lo entendiera, así que había libertad. No había presión, ni miedo. Fue una experiencia sana”, ha concluido.