Volando “bajito” en Donaueschingen
Eslogan. “Volando bajito se vive mejor”, dijo Nico Williams, parafraseando el “a lo bajini” con el que el vestuario del Athletic se conjuró para la Copa, después del partido contra Italia en una de esas decenas de flash interview a las que acuden los jugadores cuando se les premia con el MVP de un partido. Hasta que pueda, y pese al elogio generalizado por el espectacular comienzo, España prefiere pasar desapercibida por la Eurocopa. Tal vez por eso haya escogido Donaueschingen como cuartel general. Ayer no paró de llover en el corazón de la Selva Negra. Y pese a que en dos días han coincidido tres cumpleaños (Luis de la Fuente, Rodrigo y Mikel Merino), en Der Öschberghof, en el complejo hotelero en el que descansa la Selección no se escucha una mosca. Ahora no hay burbujas posibles, porque los jugadores son perfectamente conscientes de la ilusión que generan a través de las redes sociales. Eso de que Lamine dijera que está todavía en la ESO ha dejado en trance a muchos quinceañeros. Pero sí están trabajando sin estrés, lejos de los barullos de las grandes ciudades y los fans. Después de ganar en Berlín, Morata dijo que, básicamente, tienen todo lo que necesitan. Hasta se permiten estar aislados del ruido judicial que acorrala a Pedro Rocha, aunque hasta con eso están acostumbrados a convivir hace tiempo.
Espera. España va a tener mucho tiempo para pensar hasta el 30 de junio a las 21:00 horas, cuando está fijado su partido de octavos de final. Incluso hasta el 26, podrá entretenerse en juguetear con posibles rivales. Pero va a tener que gestionar muy bien la presión porque en Colonia no se espera nada que no sea la victoria. También puede mirar el lado bueno de las cosas. Los titulares con una fatiga desmedida como Rodrigo, que ha acumulado más de 5.000 minutos esta temporada, tendrán un descanso que también agradecerán Carvajal, Fabián y los chicos tik-tok, Lamine y Nico. Nadie va a hacer castillos en el aire ni caer en la autocomplacencia en los próximos días, pero España mezcla a su prudencia una sana ambición. Tampoco está mal que los ojos que hace dos semanas miraban a Inglaterra o Francia se hayan girado hacia la Selección. Hace un año, ya dio una lección en la F4 de la Nations League en Holanda y, antes del batacazo del Mundial, había llegado a semifinales de la Eurocopa de 2021 y a la final de la Nations de 2020. España tiene hambre de gloria y se está cociendo algo grande en el retiro de Der Öschberghof pero, de momento, volando bajito se vive mejor.
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