Vinicius y Xabi remarán en la misma dirección

La crisis generada por la indefendible salida de pata de banco de Vini en el Clásico quedó resuelta en 72 horas. Xabi Alonso, un tipo templado en su exposición pública pero firme en su decisiones y convicciones, supo manejar con inteligencia emocional la rabieta infantil del brasileño tras su cambio en el minuto 72, seguro de que con el paso del tiempo acabaría entendiendo que el único que podía perder ese órdago era el propio Vini. Entre el Club, el Presidente, la Camiseta, el Escudo y los Compañeros hay una montaña gigante de valores alimentados desde hace 123 años hasta hacer del Madrid lo que es: el equipo más querido y admirado del mundo entero. Vini había escupido para arriba y se dio cuenta a tiempo.

Su quite del perdón público era necesario para tender los primeros puentes de plata para llegar a una paz tan necesaria como terapéutica. Cierto que al no nombrarle al entrenador tolosarra en su pliego de disculpas tuitero ha dejado caer que la herida sigue abierta. Quizás ha preferido no parecer un hipócrita porque fumar la pipa de la paz por necesidad no conlleva que a partir de ahora se vayan juntos de cañas. Ese proceso irá más despacio. Pero estoy seguro de que Xabi seguirá dándolo todo para triunfar como lo hizo Ancelotti. Y que Vini se dejará el alma por seguir ganando títulos... de blanco.

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