Vinicius, nuevo maestro táctico

No creo que seamos realmente conscientes de lo que estamos presenciando. Pocas veces hemos podido ver con nuestros ojos tal grandiosa evolución, tal impresionante crecimiento. En pocos años, Vinicius ha pasado de ser un diamante en bruto que había que pulir, a un referente futbolístico capaz de mejorar y sorprender en casi cada partido. Recuerdo perfectamente lo que se decía en secreto de Valdebebas sobre sus maravillosos dotes, pero también sobre sus enormes carencias técnicas y tácticas. “Tenemos que formarle de nuevo desde la base”, me confesó incluso una voz autorizada. Si bien ya es evidente que ha dejado atrás sus visibles defectos, sobre todo en la definición de cara a portería y en su capacidad de escoger el gesto que realizar, hay algo nuevo que conviene destacar.

Hablo de la inteligencia táctica que Vinicius está demostrando ahora. Sabe leer mejor que nunca las particularidades de los partidos y entiende a la perfección lo que el equipo necesita. Sólo hay que mirar sus desplazamientos en el encuentro frente a el Atalanta, sus constantes bajadas, no para defender, sino para hacer moverse a los rivales y abrir opciones para sus compañeros. Era consciente de que, después de su lesión y con su falta de ritmo, había que buscar otros recursos que su velocidad y fantasía habituales. Y hizo con la cabeza. Brillantemente.

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