Una más, Rafa
Rafa Nadal es sincero: “Si pudiese, seguiría jugando”. Pero no puede. Rafa no abandona el tenis porque quiere, más bien el tenis ha decidido abandonarle a él. Su físico actual no le da para alcanzar un nivel competitivo con el que se sienta pleno en una pista. El año pasado se otorgó una oportunidad más, pero los avatares de la temporada le han demostrado que no estaba equivocado, que, efectivamente, 2024 iba a marcar su adiós profesional. Al menos, el destino sí le ha concedido la ocasión de hacerlo en una gran competición: las Finales de la Copa Davis. Hace justo 20 años, un imberbe Nadal debutaba con éxito en este torneo para levantar la primera de sus cinco Ensaladeras. De hecho, aquella fue la primera gran victoria de su dilatada trayectoria, antes de empezar a construir un impresionante palmarés, un curso después, en los Grand Slams y en los Masters 1.000.
Nadal inicia este martes su último baile. Que puede ser en el mismo estreno, si España pierde en su cruce de cuartos ante Holanda. O quizá el viernes, si cae en la primera semifinal. O tal vez, ojalá, el domingo en la batalla por el título. El balear dice que no cree en los finales felices, que esos solo ocurren en las películas americanas. Pero sí existe un final feliz: la conquista de la séptima Davis para España, que sería la sexta para Nadal. No es un deseo sin cimientos. La Selección tiene firmes pilares para aspirar al máximo objetivo: con Carlos Alcaraz, Roberto Bautista, el doblista Marcel Granollers… El propio Rafa ha dicho que no ha venido a Málaga solo a retirarse del tenis, sino a ayudar al equipo a alcanzar la gloria. Esta semana habrá un momento histórico: la despedida de uno de los deportistas más grandes de todos los tiempos. Pero también se disputa un título de prestigio: la Copa Davis. Y hay que salir a ganarla. Una más, Rafa. Solo una más.