Una liga de mendigos

Últimamente, cuando escribo esta modesta columna en mi querido diario AS, temo que aparezca el mítico personaje de los guiñoles de Canal Plus. Un Louis van Gaal representado con un muro en el lugar de la cabeza y que iba diciendo en cada aparición televisiva: “Tú nunca positivo, siempre negativo”. Les prometo que me gustaría hablar bien de la Liga. Me encantaría centrarme en hechos muy constructivos. Alegrarme, por ejemplo, por tener jugando en los campos de España a futbolistas tan buenos como Kylian Mbappé, Vinicius, Pedri, Iñaki Williams, Julián Alvarez, Lamine Yamal, Take Kubo… artistas que te hacen levantar del asiento. O sentir emoción al ver a íconos de este deporte como Antoine Griezmann o Santi Cazorla vestir todavía camisetas de clubes españoles.

Sin embargo, cada vez que me ablando, una vocecita me dice: “Al loro, que no estamos tan mal”, la Liga me recuerda brutalmente el porqué de mi desamor. Que la UEFA haya aceptado la vergonzosa y denigrante petición de la Liga de disputar en Miami el Villarreal-Barça es peor de lo que se puede pensar con respecto a la adulteración de la competición y la privación de los derechos más elementales de los aficionados. Lo que más duele es que parece que el máximo organismo europeo le ha dejado a nuestro campeonato una moneda tal y como lo hace una anciana a un mendigo a la salida de una iglesia.

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