Una jugada de Pedri propia de Iniesta

Xavi había pasado una mala semana. El encadenamiento entre el empate con el Espanyol y la prórroga con el Intercity habían destapado ya casi masivamente las desconfianzas que inspira desde el primer día entre buena parte del mundo culé. A él mismo se le vio nervioso en alguna respuesta ante la prensa, así que este partido del Metropolitano, sin Lewandowski, llevaba carga de dinamita. Pero a veces el fútbol aprieta pero no ahoga y el Barça se llevó del Metropolitano una victoria de prestigio justo en la semana que el Madrid perdía en La Cerámica. Ahora es líder, con 3 puntos de ventaja y un ritmo para pasar de 90 al final.

Ganó en veinte minutos, veinte excelentes minutos, los primeros del partido, en los que apretó al Atleti, que se encastilló. El puesto de Lewandowski fue para Ansu Fati, que estuvo desoladoramente nulo. Pero la turbina de Gavi, el violín de Pedri y la insistencia de Dembelé dieron para adelantar al Barça en un gol fabricado principalmente por el canario, que rompió la defensa atlética en una penetración digna del mejor Iniesta. Con el gol, el Atlético se abrió, hizo un enorme y prolongado esfuerzo, por momentos llegó a zarandear al Barça, pero no consiguió marcar. Con Araújo (sobre todo éste) y Christensen el Barça vuelve a tener defensa.

Buen partido, trepidante, en el que Pablo Barrios pasó la reválida, Dembelé tuvo un día insistente, Griezmann estuvo negado en el remate, Ferran Torres y Savic vieron la roja por un entrevero que resolvieron luchando grecorromana en medio del campo mientras los demás jugaban, Joao Félix flotó, Correa le tiró un pelotazo al linier que debió valerle la expulsión, Raphinha desobedeció flagrantemente al árbitro y, en fin, pasaron muchas cosas que salpimentaron un partido de por sí bravo y emocionante. Noche de fútbol pleno en la que el Atlético de nuevo mostró carencias en las dos áreas, que malograron el esfuerzo colectivo para felicidad del Barça.

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