Un líder sólido

No hay dudas. Al menos, por ahora. Remco Evenepoel es el corredor más fuerte que hay en esta edición de La Vuelta. El Quick-Step hace bien su trabajo y él, el resto. Tirando de nuevo, a puro ritmo. Nadie le intimida, nadie se atreve. De momento. Queda por resolver, claro, la gran incógnita: las tres semanas. Quedan dos. El horizonte, a corto plazo, es esperanzador para él. En la contrarreloj, sin ir más lejos, puede aumentar las diferencias. En el segundo asalto entre las montañas asturianas, no creo que le saquen tiempo. Ni Mas ni Roglic. Es lo que le pedíamos. Como a Enric, que hoy, pese al movimiento final del belga, ha lanzado un “aquí estoy”. Ganar siempre es difícil, pero hay que estar. Y está.

Mañana, vislumbro una jornada similar a la de hoy: una fuga de grandes corredores. Veremos. En ellas, hasta ahora, un nombre sobresale por encima del resto. Merece mención especial: Jay Vine. El australiano se ha llevado las dos etapas que han terminado en alto. De cara al público no era conocido. ¡Vaya carta de presentación! Dos llegadas, dos triunfos. Impresionante. Marc Soler y Mikel Landa, por otro lado, lo han vuelto a buscar. Qué alegría. Estábamos mal acostumbrados, pero lo necesitábamos. Estos años hemos estado fastidiados, pero ahora hay que reconocer lo que están haciendo los corredores españoles. Y algún triunfo de etapa más podemos conseguir.

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