Un Celtic con más leyenda que presente
La Champions enfrenta al Madrid con una leyenda de la vieja Copa de Europa: el Celtic de Glasgow. Un equipo singular que tiene parte considerable de su hinchada separada de la ciudad por un brazo de mar. Porque el Celtic tiene origen irlandés. Fue creado en 1887 por un hermano marista de aquella procedencia, ‘Brother Walfrid’, para recaudar fondos de caridad con que socorrer a irlandeses emigrados a Glasgow cuando la hambruna de la patata en Irlanda, que provocó un millón de muertos y otro millón de emigrados mediado el XIX. Cada partido, unos 6.000 irlandeses cruzan el Mar de irlanda, en ferry desde Larne o en avión desde Dublín.
Fue el primer equipo no latino en ganar la Copa de Europa, al batir en la final de 1967 al Inter de HH en Lisboa. Llamó la atención por su rayado horizontal en la camiseta sin número, que iba en el calzón, por su juego enérgico y por un pequeñísimo (1,57) y diabólico regateador pelirrojo, Jimmy Johnstone. El Madrid invitó al Celtic a uno de los partidos emblemáticos de su historia, el homenaje a Di Stéfano, al que habían querido fichar tres años antes cuando Bernabéu le dio la baja. Pero Di Stéfano prefirió el sol a la bruma y se fue al Espanyol. El Celtic regresaría en 1980 a visitar al Madrid de los García, que remontó bravíamente un 2-0 de Glasgow.
Ahora es otra cosa, claro. Siguen sin enemigo en Escocia salvo apenas el Rangers, al que acaban de golear, pero en Europa son uno más, como les ha pasado a Benfica y Ajax. Y sus jugadores ya no son todos escoceses como aquellos ‘Lisbon Lions’ y su entrenador, Jock Stein. Ahora lo es sólo un tercio de la plantilla. Hay hasta cuatro japoneses y un entrenador grecoaustraliano al que entrenó Puskas en el Melbourne. Pero mantiene el nombre mítico y las rayas horizontales, que evocan recuerdos no sólo en los madridistas, pues ante ellas pasó el Atlético en 1974 aquella eliminatoria en la que en Glasgow sobrevivió con ocho contra once.