Un Benfica renovado en el campo y el banquillo
Un cambio de entrenador que pilló por sorpresa. Es verdad que Roger Schmidt acabó la pasada temporada con poco crédito al haber perdido la liga por una diferencia de diez puntos contra el eterno rival ciudadano, el Sporting, y tras una Champions muy floja. Pero, teniendo en cuenta lo exitoso de su primer curso, no dejó de sorprender su destitución a finales de agosto, con su tercera campaña recién empezada. Le condenaron dos resultados decepcionantes fuera de casa: la derrota en el campo del Famalicao en la jornada inaugural (2-0) y el empate en el feudo del Moreirense (1-1) en la cuarta. El Sporting llevaba un pleno, por lo que verse ya con una desventaja de cinco puntos acabó con la paciencia de la dirigencia. El elegido para sustituirlo fue Bruno Lage, que ya había entrenado al Benfica entre enero de 2019 y junio de 2020, consiguiendo ganar una liga y siendo considerado como el técnico que propulsó la carrera de João Félix. Tras dos experiencias en el extranjero en el Wolverhampton y en el Botafogo, Lage ha iniciado su segunda etapa en Da Luz con cuatro triunfos en sus primeros cuatro partidos. El más importante, el que logró en Belgrado ante el Estrella Roja en la primera jornada de la Champions (1-2).
La marcha a Turquía de dos símbolos. La operación del mercado veraniego del Benfica que más repercusión tuvo en la prensa internacional fue el traspaso del joven João Neves al PSG por 60 millones de euros. Sin embargo, por el peso que tuvieron en los últimos años, quizá hayan provocado un impacto mayor en el equipo las salidas de Rafa Silva y João Mario, que se fueron al Besiktas. El primero, que llevaba ocho temporadas en el club y había firmado 94 goles y 79 asistencias con la camiseta encarnada, lo hizo con la carta de libertad. El segundo, que tuvo un papel principal en el título liguero del curso 22-23, cedido por dos millones con una opción de compra. David Neres, el ex del Ajax, fue vendido al Nápoles, y el central Morato recaló en el Nottingham Forest de la Premier League.
Los fichajes que tienen que llenar el hueco. Ante tanta salida, el club se ha movido para conseguir llegadas que no debilitaran el potencial del equipo y, en algunas posiciones, que lo aumentaran. De hecho, el curso pasado lo que más penalizó fue no haber encontrado un sustituto de garantías para Gonçalo Ramos. Esta carencia parece haberse resuelto con el fichaje del griego Vangelis Pavlidis, goleador reputado en la Eredivisie primero con el Willem II y después con el AZ Alklmaar, y con la incorporación a préstamo de Zeki Amdouni, que no acabó de triunfar con el Burnley en la Premier League pero aún conserva la consideración de atacante prometedor por sus actuaciones con la selección suiza y anteriormente en el Basilea. El otro fichaje importante ha sido el del turco Kerem Aktürkoglu, extremo ex del Galatasaray que destaca por su capacidad anotadora partiendo desde la izquierda y finalizando con la derecha. Su arranque ha sido espectacular: ha marcado tres tantos en sus primeros cuatro encuentros.
Los que ya estaban. Aunque quizá lo más trascendente durante los últimos meses para el club haya sido retener al joven central Antonio Silva, codiciado por gigantes europeos, y convencer a los veteranos argentinos Nicolás Otamendi y Ángel Di María para que siguieran un año más. También se ha celebrado que el turco Orkun Kökçü, un centrocampista de ida y vuelta que la temporada pasada no estuvo a la altura de las expectativas, haya dado un paso hacia adelante.
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