Tarde navideña con goleada y homenaje

La cita del Bernabéu empezó con doble pasillo: el que hizo el Sevilla al Madrid, campeón de la Intercontinental, y el inmediato del Madrid a Navas, capitán sevillista, que fijó este fin de año como su fecha de caducidad, así que después de su despedida en el Sánchez-Pizjuán llegó esta. Algo así como un doble corte de coleta, en La Maestranza y en Las Ventas, la que da y la que quita. El público del Bernabéu se quemó las manos en su aplauso a este jugador ejemplar que apareció por aquí por primera vez hace la friolera de veinte años. Jugaría sólo la última media hora, en la que lució un centro venenoso de su firma.

Como lo cortés no quita lo valiente, el Madrid se olvidó tras el pasillo de todo lo que no fuera ganar y pronto marcó Mbappé con un cañonazo de 25 metros, al que siguió otro de Valverde desde 30. Del primero hay que decir que ya juega con la soltura y autoridad propias de su condición de ‘crack’; y del segundo, que va animándose al tiro desde fuera, algo en lo que no tiene igual en nuestro fútbol. Luego habría dos goles más, en combinaciones primorosas, y otros dos del Sevilla, hasta completar un marcador bonito, 4-2, una victoria clara pero no excesiva. Al final, abrazos y lágrimas en torno a Navas, ese grande.

Ahora viene el corte, al que el Barça llega tercero, quién nos lo iba a decir, a tres puntos del Atleti y a dos del Madrid, con el agravante de que los dos madrileños tienen un partido pendiente. Aquel 0-4 del Bernabéu, que parecía disparar al Barça hacia el título, ya es un vago recuerdo. Un bache de juego se ha convertido en bache de resultados, a lo que se ha unido la recuperación de sus perseguidores. Ante el Atleti, el Barça hizo un partidazo pero no le dio más que para un gol, neutralizado primero y remontado después por los de De Paul y Sorloth en rápidas salidas. El Atleti está de dulce. Nos espera un resto de Liga imponente.

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