Suiza: entre la decepción y las pruebas
Un descenso que preocupa. Más allá de la consecuencia deportiva que acarrea bajar a la Liga B de la Nations League -una circunstancia ya confirmada matemáticamente-, a Suiza le inquieta que el primer torneo disputado después de que se retiraran de la selección Yann Sommer, Fabian Schär y Xherdan Shaqiri haya acabado con un resultado tan decepcionante. El listón está alto: los helvéticos llevan acudiendo a las grandes citas de manera recurrente prácticamente desde principios de este siglo. Han estado presentes en los últimos cinco Mundiales y sólo se han perdido una de las cinco últimas Eurocopas: la de 2012 en Polonia y Ucrania. De la del pasado verano en Alemania se marcharon sin perder ningún partido: eliminaron a Italia en octavos jugando un partidazo y cayeron en la tanda de penaltis frente a Inglaterra tras llevar hasta el límite al conjunto de Southgate. La actuación en esta Nations League, en la que han sumado dos empates y tres derrotas en sus cinco compromisos, hace temer que se pueda romper esta racha espectacular. Murat Yakin se tomará el partido de Tenerife como una oportunidad para probar a nuevos jugadores y empezar a preparar al equipo que tendrá que jugar la fase de clasificación para el Mundial 2026.
Un desenlace doloroso. Suiza sabía que, para evitar el descenso directo, era fundamental ganar a Serbia el pasado viernes por un mínimo de dos goles. El triunfo por la mínima le hubiese dado vida, pero el calendario de la última jornada lo convertía, siendo realistas, en insuficiente. Así se explica que el conjunto helvético encajara el 1-1 ante los balcánicos en los últimos minutos al contragolpe: mandó a casi todo el equipo a atacar y, tras una pérdida de balón, Vlahovic encontró un pase sencillo para dejar solo a Aleksa Terzic ante el portero Kobel. Fue un mazazo duro, porque justo antes Edimilson Fernandes había disparado al poste en una acción que se quedó a centímetros de convertirse en el ansiado 2-0.
Tres veteranos que continúan. Granit Xhaka, Ricardo Rodríguez y Remo Freuler, todos ellos nacidos en 1992, son los líderes del equipo y los que se mantienen desde el inicio de esta generación gloriosa. Los atacantes Zeki Amdouni -autor del gol contra Serbia-, Noah Okafor y Fabian Rieder pertenecen a una nueva generación que ya acumula cierta experiencia y a la que se va a pedir que dé un paso hacia adelante. Con Zakaria y Ndoye lesionados, jugadores de un perfil más bajo como el pivote Simon Sohm, del Parma, o el extremo Dereck Kutesa, del Servette, entraron en la convocatoria. No es descartable que Yakin quiera verles contra España teniendo en cuenta la escasa importancia de los puntos en juego.
Una llamada de última hora. Dos de los jóvenes que podrían ser protagonistas en el cambio generacional que tiene que experimentar la selección suiza han abandonado la concentración en los últimos días. Se trata del central Aurèle Amenda, que debutó como internacional el viernes ante Serbia y que sufrió una contusión en la rodilla, y del centrocampista Ardon Jashari, que ya estuvo en el Mundial 2022 y en la Eurocopa 2024 sin demasiado protagonismo y que ahora ha regresado a casa debido a una gripe. Un jugador de mucho más peso en el equipo, Breel Embolo, también se ha marchado al estar sancionado para el choque frente a España. Pese a que son tres las ausencias, Murat Yakin sólo ha llamado a un sustituto: el altísimo central del Wolfsburgo Cédric Zesiger. Reforzará una zona del campo especialmente debilitada por las lesiones de Akanji y Elvedi y la retirada internacional de Schär.
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