Sigue lloviendo en la Selva Negra...
Contraste. Después de estar a punto de quemarse en las llamas del histórico Neckarstadion el viernes, la Selección ya estaba de vuelta ayer en los bucólicos paisajes de la Selva Negra. En contraste con la insoportable humedad de Stuttgart, y pese a que está a apenas una hora de camino, Donaueschingen, donde se instaló el 9 de junio en el complejo hotelero de Der Öschberghof, les recibió con otra tarde de perros. A veces se hace difícil entender cómo el grupo ha logrado mantener la alegría en un entorno en el que llueve, a ojo de buen cubero, casi la mitad de tiempo; y donde la temperatura máxima no pasa de 18 grados metidos en el mes de julio. Será, tal vez, por esas canciones que amenizan las mañanas en el gimnasio de las instalaciones del SV Aasen. O, mejor, por el hambre de gloria de un equipo que ha demostrado más ilusión que ninguno en este mes de competición.
Fiesta. Ganar al anfitrión puede no ser lo único histórico que haga la Selección en los próximos días. Después de los aniversarios de Luis de la Fuente, Mikel Merino, Rodrigo y Vivian, la semana que viene cumple 22 años Nico Williams (12 de julio); y, un día después, Lamine Yamal, que hará 17. La mejor señal sería que lo celebrasen bajo la lluvia de Donaueschingen. Eso significaría que España ha tirado la penúltima puerta: Francia en Múnich. Empezar en Berlín para terminar en Berlín un mes después en esta Eurocopa interminable sería redondear una de las historias más bellas del fútbol español. Pero en el Allianz esperan curvas. La Francia de Deschamps, el entrenador que no consideró a Laporte antes de que el central criado en el Athletic diese el paso de jugar con España, es un equipo áspero que juega con la pretensión de que pasen pocas cosas, pero que siempre sobrevive. Gane, como en el Mundial de 2018 o la final de la Nations de 2020 contra España; o pierda, como en la final de Doha contra Argentina hace menos de dos años. Es un partido difícil de tratar para Luis de la Fuente. Puede sentir la tentación de protegerse contra el físico francés, y meter a Merino al lado de Rodrigo y Fabián para sorprender con Dani Olmo en esa posición de nueve ‘líquido’ que deje sin referencia a la defensa bleu. También se le puede pasar por la cabeza dejar a uno de sus chicos tik-tok en el banquillo para reventar el partido al final. Pero lo más lógico es que opere como lo que es, un entrenador normal; y juegue a lo que ha dado gloria a la Selección hasta hoy en la Eurocopa. Que ser cobarde no valga la pena, como dice algún maestro por ahí.
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