Rodrygo cambia la mirada
Xabi Alonso acertó con su titularidad a pesar de que, sobre el papel, fue chocante que sentara a Güler.
Un gol puede hacer maravillas en la confianza de un delantero. Y más, si es marcado 32 partidos después. Eso le sucedió a Rodrygo ante el City, una metamorfosis instantánea. El gesto alicaído al que nos tenía acostumbrado en los últimos tiempos se convirtió en mirada de determinación. El brasileño hizo un partido de esos que alejan los fantasmas del pasado. Y Xabi Alonso acertó con su titularidad a pesar de que, sobre el papel, fue chocante que sentara a Güler.
Pero no. El plan de Xabi era otro y en él encajaba mejor Rodrygo que Güler. Correr al espacio. Ser vertical. Y la verdad es que funcionó. Antes del primer gol del City, marcado en jugada de córner (y de rebote), el Madrid había disfrutado de un par de ocasiones claras de gol más el que había marcado el propio Rodrygo. Cómo es el fútbol. Rodrygo, el mejor del Madrid (y su mejor partido de la temporada) partiendo de la banda derecha en la que (presuntamente) ha pedido a Xabi no jugar.
Después del descanso al técnico, con tanta baja por lesión (hasta 8), le quedaban pocas balas en el tambor. Utilizó incluso la de Endrick, que entró por Asencio y provocó una especie de arreón final que el City supo apagar. A Endrick le bastaron unos pocos minutos para demostrar que es un jugador desaprovechado. Otro que se reivindica. Y la noche, a pesar de la pitada final del Bernabéu, fuerte, pero corta, no acabó en tragedia, como cabía esperar. Con Mbappé, la historia pudo haberse escrito de una forma muy diferente.
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