Rodrigo no juega desde la Eurocopa

La Selección jugó en Belgrado sin su columna vertebral, pero la ausencia que más se notó fue la de Rodrigo. El centrocampista del Manchester City es lo que los argentinos llaman la manija, que coloquialmente se refiere al poder que tiene y ejercita alguien en razón de su jerarquía. Rodrigo, que empieza a ser un fijo en las listas del Balón de Oro, es el futbolista sobre el que gira el juego de España. Cuando no está se nota. Ya ha cumplido el partido de sanción que le metió la UEFA por proclamar la españolidad de Gibraltar y se le espera esta noche en el partido contra Suiza.

Pero no podemos esperar hoy al mejor Rodrigo. Quizá lo sea, porque sus condiciones son extraordinarias. Pero lo normal es que acuse la falta de ritmo: Rodrigo no juega un partido desde la final de la Eurocopa, el 14 de julio pasado. Lleva inactivo casi dos meses. Apenas ha empezado a entrenarse con su equipo y lo mismo con la Selección. Guardiola le excluyó del primer partido del City en la Premier, ni más ni menos que contra el Chelsea. Por lo tanto, ojalá Rodrigo (si juega, aunque sean 55 o 60 minutos) esté hoy cerca de su nivel. Pero si el resto está aún fuera de ritmo, puede que él lo esté más. En todo caso, el seleccionador está dispuesto a darle minutos en la plaza que el jueves ocupó Zubimendi, que hizo un buen partido pero que, como el resto, acusó la falta de tensión competitiva.

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