Remontada al Milan a la espera de Mbappé

Bonito estreno del Madrid en el Rose Bowl de Pasadena, a reventar con una afición que en su mayoría lució camiseta del Madrid. El partido nos pilló en el puro conticinio, ese paréntesis de extrema quietud de la noche en el que los trasnochadores ya se han acostado y los diligentes aún no se han levantado. Movistar, que lo ofrecía, tuvo la buena idea de repetirlo a mediodía de ayer, cosa de agradecer. Digamos que esta primera puesta en escena del Madrid versión 2023-24 dejó buen cuerpo. Rival de empaque, el Milan, victoria 3-2 remontando un 0-2, que es lo que pone, detalles de gran tono de Bellingham y Vinicius aclamado en plan ‘superstar’.

Ancelotti hizo en ambas partes un mixto entre probables y posibles. Digamos que en el primer tiempo lo mejor estuvo en la media, con Kroos de pivote, Valverde y Camavinga a los lados y Bellingham por delante en una posición entre punta de rombo y falso nueve. Jugó una hora y en sus intervenciones mejoró siempre el rumbo y la intención de la jugada. En la segunda mitad el ataque lo formaron Rodrygo y Vinicius e hicieron las delicias del público, en especial el segundo, convertido en referente no sólo por su juego sino también por su nueva condición de símbolo antirracista. Marcó un golazo. Los otros llegaron a cargo de Valverde, en sendos tiros de fuera.

Buenas impresiones en general e interesante el nuevo dibujo con esa posición de Bellingham, que acorta su recorrido y le concentra en la zona de peligro. Pero todo está condicionado a si viene o no Mbappé, intriga que no se nos quita de la cabeza. Ayer Al Khelaïfi llegó a inventarse una oferta del Barça tan inverosímil que el propio club la pinchó al momento. Y surgió una oferta de Arabia, donde es difícil que el jugador vaya a enterrarse tan joven. Tiempo tendrá para pegar un linternazo allí. Hoy por hoy sólo se adivinan dos salidas a este embrollo: que se quede un año más en el PSG o que venga al Madrid, y las dos desagradan a Al Khelaïfi.

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