Puado de mi vida
Permitanme la licencia: por José Manuel, Esther, Carla y la multitud de pericos que sufren, y a veces, disfrutan con el Espanyol. El equipo perico vuelve a estar en Primera División. Esa categoría a la que no debió decir adiós. Un club histórico (123 años) que late bien fuerte gracias a su gente y es la resistencia. Un año después de perder la categoría y por la vía larga, con un playoff que obligó a mostrar la mejor versión de un club que ha demostrado tener pulso, es de Primera. Contra viento y marea. Siempre a contracorriente, pero remando hacia el infinito. Hacia Primera. Porque el Espanyol volverá a codearse de tú a tú con Real Madrid, Atlético y vivirá el verdadero derbi catalán: Espanyol-Barcelona.
‘Somos el Espanyol y esta es nuestra vida’ fue el lema que recibió a los dos equipos antes de lo batalla por el ascenso. Y es que el Espanyol tenía que remontar y lo hizo. En mitad de un ambiente brutal, de esos que hacía tiempo que no se vivían. Lleno, más de 33.000 espectadores y solo un grito: que sí, joder, que vamos a ascender. Al Espanyol, cuando parece contra las cuerdas y listo para el descabello, levanta la cabeza y se muestra respondón. Porque si le cortan las alas volará con los bemoles. Es un Ave Fénix que voló con Javi Puado a los mandos. En su mejor temporada a nivel goleadora, con 13 tantos en Liga y tres en el playoff (todos los que hizo el bloque perico en la promoción). Su doblete, seguro, va a marcar a toda una generación. Hubo un tiempo en el que Mosull, Maldonado y Fuster se preguntaron qué nombre se pondrían en la camiseta del Espanyol. No les salió ninguno. ¿Ahora? el nombre de Puado (7) gana enteros. Se lo ha ganado, uno di noi. El capitán. Quien devolvió al Espanyol a Primera División.
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