Próxima parada, Varsovia con Mbappé

El Madrid regresó ayer de su gira americana, esa mezcla de pretemporada y excursión recaudatoria en un afán por cumplir con dos necesidades: la de poner a punto a los jugadores para la temporada y la de allegar recursos para cubrir las acuciantes demandas pecuniarias del fútbol de hoy, que para financiarse necesita jeques o nuevos estadios multifunción que aturdan a los vecinos con el sonido de sus conciertos. Y también estas giras, desfile de suplentes o titulares lejos de su punto de forma. Estados Unidos consume este fútbol, tan aguado como el café que les gusta, para espanto de amantes del ‘ristretto’.

Después de dos derrotas, el Madrid ganó al menos el tercer partido, ante el Chelsea, que ya no es de Abramovich, al que le fue expropiado por la invasión de Ucrania y su condición de cuate de Putin. Ahora está a cargo de un amillonado estadounidense llamado Todd Boehly, que lucha por mantenerlo en el Big Six y le cuesta. En su nuevo proyecto ha optado por meterle juventud y eso ha incluido a Marc Guiu, esa perla de La Masia taponada por Lewandowski que Laporta decidió transformar en un cheque de 6 millones. Ante ese equipo en reconstrucción el Madrid en rodaje ganó gracias a un gran Vinicius.

Ha vuelto como una moto. Ya se vio en la segunda mitad el otro día y se ratificó ante los ingleses. Estamos ante un jugador superior todavía en línea ascendente, al que la compañía de Mbappé debe fortalecer aún más. Por lo visto en la gira, Ancelotti proyecta un ataque de tres, con Rodrygo a la derecha. Mbappé se incorporó ayer a los entrenamientos y ya en Varsovia, el 14, Supercopa ante el Atalanta, veremos el nuevo ataque del Madrid. Por lo demás, esta gira, derrotas al margen, que no son importantes en estas fechas, nos ha dejado un poco fríos respecto a Endrick. Pero tiempo tiene por delante.

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